Hay una gran diferencia entre querer y amar; y es que amar es un sentimiento que nos vuelve locos, nos transforma y nos engancha a alguien o algo. Lo mismo pasa con las marcas.

Cuando amas a una marca es porque de verdad estás casado con ella y hasta a veces te dejan de importar los fallos que haya tenido, vaya para acabar pronto, le perdonas todo y eres su fiel discípulo en todo momento.

Uno de los retos más grandes que tiene que alcanzar una marca, es hacer que sus consumidores se enamoren de ella, que la amen y la respeten (sí, así como en una relación) porque no sólo logran que les guste su producto, sino que son fieles a la escencia de esta y la marca le es fiel a ellos también.

¿Cómo enamorar a mis consumidores?, fácil:

• TOMA EN CUENTA SUS OPINIONES en cuanto a cambios que se realicen en la marca.
• Que te acuerdes de ellos no está nada mal. PERSONALIZAR el trato con ellos.
• Darles lo que se merecen y, ¿qué es? CALIDAD y BUEN SERVICIO.
• RESPETO, todos tus clientes merecen respeto y cuando se los das ellos te respetarán a ti.

Como una linda historia de amor, las marcas y sus clientes tienen que mantenerse enamorados y vivir felices para siempre.